martes, 25 de enero de 2011

Welcome back, I guess

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.


-Federico García Lorca-

Supongo que me he llevado años temiendo este momento... A veces y casi diría demasiadas veía todo como un juego... Veía cómo me hacía más fuerte, viendo que nada de todo aquello me podría llegar a quitar el sueño. Pero, ¿y ahora?

Solo necesitaba confiar en alguien, solo necesitaba que alguien me animara a seguir viendo cómo me decía que sí valía la pena luchar pero, ¿ahora? Han pasado tantos años y jamás he sido capaz de admitir que un par de kilos no serían problema y lo peor es que supongo que sigo sin admitirlo. Me pregunto si de verdad sigo con lo mismo de entonces, si de verdad sigo con esa obsesión, con esa imagen tan jodidamente distorsionada y ni siquiera yo misma soy capaz de responderme. Nadie puede supongo.

Pero ahora veo cómo comienza a llegar todo, cómo se avecina lo que un día estuvo acompañándome noche y día, meses tras meses... ¿Se supera? No lo sé y ojalá que pueda saberlo dentro de poco. Ojalá hubiera ahora alguien a quien gritarle todos mis miedos, a quien decirle que en realidad me horroriza la idea de volver a la obsesión de mi delgadez. Antes creía que había tanta gente a mi alrededor que no me paraba en pensar en todo esto... Hoy me he sentido tan pequeña e insignificante que supongo que me he dado cuenta que cada una de las personas que me rodea tiene su propia vida, cada uno tiene sus problemas y nadie tiene tiempo de andar preocupándose por cómo me pueda sentir. Hoy ha sido uno de esos días que hubiera preferido que nunca llegara... Y parezco ingenua, pero supongo que no me ha tocado serlo.

Claro que sé todo lo que ocurre a mi alrededor, veo cada cosa que se acerca sin que yo pueda ni siquiera impedir que ocurran. Veo el final y veo un horrible principio, o una vuelta por así decirlo...

Tantas noches lloré por todo aquello que casi he olvidado el dolor que todo ello me producía. Tanto es así, que el nítido recuerdo de dolor que me queda se me hace insoportable sabiendo que podría llegar a volver... Y no quiero pedir ayuda a nadie, no en estas condiciones; siempre he creído que si yo misma me metía en problemas, yo misma iba a tener que salir de ellos.

Siempre he dicho que si yo misma era capaz de distorsionar mi propia imagen, yo misma sería capaz de arreglarla... Pero, ¿ya está arreglada? ¿Es así como soy? Si fuera así no le veo sentido. Eso no es la delgadez, delgadez es otra cosa. Delgadez en mi mundo de locos es belleza y no veo aquello por ningún lado.

Vivo comparándome con el resto, viendo qué no tengo yo que puedan tener los demás y encuentro tantas cosas que intento no centrarme en todas y cada una de ellas antes de producirme un horrible dolor de cabeza.

No creo que nadie me pueda dar una mano y hacer que todo se arregle, solo sé que es tiempo lo que necesito, son días y semanas y meses para ver qué es de mí, si sigo encogiendo o por el contrario comienzo a ¿mejorar? ¿Ser gorda es estar mejor? Ojalá a veces pudiera decir que sí, pero a día de hoy...

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