miércoles, 29 de diciembre de 2010

Voilà

Venga, vámonos y no finjas que tú lo entiendes…

Para qué perder más tiempo si lo mismo tú no eres quien para opinar, para saber lo que no has vivido, para contar lo que no has visto...

Olvídalo, hazlo de esa manera antes de que sea demasiado tarde… Te quemas, o yo, o no lo sé, pero sí sé que aquí no pintamos nada, que en esta historia lo mismo te dieron un pase equivocado y sí, para qué hacerlo más suave o más lento, hay muchas más personas por ahí, más de una y de dos, puedes joder a tantas como quieras.

Venga, no perdamos más tiempo, sí, ahora, tú… no.

Y mientras tú no, lo mismo nosotros sí… Todo se hace muy complicado.

Todo se estremece si enmudecemos pero todo ahora es lo correcto. Y mientras sea más nosotros y menos tú, todo será más fácil.

Venga, vete ya, lo has conseguido, uno más o uno menos, ahora sí, hazme caso.

Nosotros más y tú menos.

Voilà, allí hay alguien para ti, cógelo, arranca su ropa y quédate con pedazos de noche… Pero recuerda, nosotros más y tú menos, y lo demás para ti.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Con la miel en los labios - Esther Tusquets

“Sé que esto que sentimos, esto que tenemos entre las manos, tibio y suave y frágil y tiernísimo como un cachorro recién nacido, es la felicidad.
Antes de encontrarte a ti, no sabía en qué consistía, a pesar de que creía haberla experimentado algunas veces, y estoy convencida de que muchas personas, la mayoría, mueren sin haber tenido ni el más leve atisbo de lo que es. Pero ahora tú y yo si lo sabemos, y no serán admisibles posteriores olvidos: la felicidad, aunque rara, aunque infrecuente, aunque difícil, existe, y poco tiene que ver con la alegría, con el placer, con un amable bienestar. O sea que nadie nos podrá engañar ya nunca con sucedáneos, y, si la perdemos, perdida quedará, y no pretenderemos haberla transformado en otra cosa –haber transformado este amor, porque este amor y felicidad son aquí lo mismo–, ni rescatar los restos del naufragio, porque la genuina felicidad no admite, por esencia, metamorfosis ninguna, ni parciales rescates, no puede ni siquiera madurar, y si se rompe, no vamos a ir recogiendo los pedazos y recomponiéndola como si se tratara del jarrón de porcelana más bonito de nuestros abuelos…” (Esther Tusquets, Con la miel en los labios).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Claro, lo olvidaba...

No es que necesite analizarlo todo siempre, sencillamente me ocurren cosas que son increíblemente extrañas.
Pero sigue siendo complejo, la manera en que tu mente funciona. Y yo no la entiendo. Ni ahora ni nunca.
No pretendo entenderla, la verdad… Solo esperaba congeniar con ella, esperaba que se recuperara y todo volviera a lo que solía ser la normalidad.
No me refiero a esa normalidad que nos volvía asquerosamente insoportables el uno para el otro, no me refería a esas conversaciones totalmente vacías y sin importancias. Cientos de conversaciones que podríamos habernos ahorrados, que yo ya he desechado de todos los recuerdos inútiles.
Y parece seguir siendo complejo. Un día puede ser sí como otro puede ser no. No sé qué es, no sé si me canso de este juego, de hoy te quiero y mañana me aburres. A ti te asfixia muchas de las veces mi insistencia y a mí son estas las cosas que me asfixian, que no puedo soportar… que hacen que día a día pierda mi paciencia en todo este ridículo asunto que a día de hoy pienso que no nos lleva a ningún sitio.
Pero qué digo, si ni siquiera soy capaz de publicar esta entrada. No soy lo suficientemente valiente como para gritar todas estas verdades que muchas veces siento por dentro. Me da miedo todo. Me da miedo perder o creer que gano para luego perder.
Me da miedo la soledad, bien es cierto. Me da miedo no ser capaz de encontrar a alguien que me haga sentir igual, que sienta que me quiere aunque solo lo parezca a ratos… que se quede horas colgado de un teléfono y me deje con una sonrisa de bobalicona como tú solo sabías hacer.
No soy capaz de decir esto, no soy capaz de decirte que si quieres algo ahora tendrás que luchar por ello. Me da miedo que ese no sea tu plan, que nuestros planes no coincidan y me quede sola, buscando una respuesta a qué hice mal o qué no hice sencillamente.
Quiero encontrar la manera de volverte loco, de que vuelvas a caer en lo que caíste hace apenas un año. Quiero que tengas ganas de verme otra vez, que te apetezca más que cualquier cosa hablar conmigo… Y supongo que no sé ni cómo conseguirlo.
Si escribo cosas como estas te agobio, pero cosas como estas son las que siento verdaderamente. Supongo que la gran mayoría de veces que escribo, me limito a explicar lo que me hace daño o lo que me asusta, lo que me entusiasma o lo que me hace feliz.
Y no recuerdo la última vez que escribí algo por lo que sonreía a cada segundo que tecleaba, a cada segundo que pasaba y yo era la más feliz del mundo.

martes, 30 de noviembre de 2010

Así son las cosas

Supongo que tienes dos opciones aparentemente. La primera puedes continuar con tu plan que nunca funcionará, puedes seguir jodiendo los días con pensamientos que no te llevarán más que a un escondite de tu mente donde no quieras estar. Puedes seguir tal y como ahora, resignándote sin aceptar la realidad. Pueden pasar semanas y tú puedes quedarte parada sin mover ni un dedo por arreglar las cosas en tu mente.

Después tienes la opción de buscar la fuerza de donde no la haya, puedes buscar algo que te anime, que te devuelva la ilusión con la que hace apenas un mes te despertabas cada día. Y sí, podrás decir que todo eso será difícil pero créeme, he visto su mirada y te puedo asegurar que hasta aquí podíamos llegar. No hay nada más escondido. Ni siquiera una puta conversación más.

Jódete, no tienes otra opción pero sube a la superficie, jodida o no, pero no te quedes ahí porque personalmente resultas despreciable.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Change Your Heart.

No me habría importado seguir creyendo que todo a nuestro alrededor era perfecto. Que éramos perfectos estando juntos. Perfectos cada vez que me acariciabas, después de cada beso. Con cada mirada, con cada palabra perfectamente susurrada.
Éramos perfectos cada noche, cada mañana, cada vez que me echabas de menos o cada vez que te decía lo mucho que te quería.
Ojalá cambiaran las cosas, solo por una vez más.
Me encantaría despertarme mañana y ver que sigues junto a mí, sintiéndome la persona más afortunada de todo el planeta.
Quiero un mañana que me haga feliz como lo he sido durante todo este tiempo.
Quiero aferrarme a la posibilidad de que es una pesadilla, de que todo esto no es más que algo pasajero, que todo va a acabar volviendo a la normalidad. A nuestro mundo perfecto. El mundo perfecto que tú supiste regalarme.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Sin mí

La pura verdad es que no aguanto la soledad. Es algo que evito constantemente, encontrarme sola y sin nadie a mi lado. Y hoy, supongo que lo he conseguido. Me he vuelto a despertar, lo he vuelto a hacer, y no había sido una pesadilla.
Esta vez se nota diferente, ¿sabes? Sé que me repugnas, que si por ti fuera tendría que marcharme de esta ciudad, y en parte me lo merezco. Que me tendiste tu mano y de un jalón te empujé al suelo. Pero éramos muy felices juntos, y aunque lo quieras negar en el fondo sabrás que no y que al final de todas las cosas, el haber sido feliz es lo único que cuenta.
Odio esta parte de mi vida. Resulta patética como otras tantas cosas. Pero lo peor de todo es que te he perdido y no hay marcha atrás. No siento que me vayas a mirar nunca más a los ojos, nunca jamás veré cómo te saco una sonrisa y me planteo incluso si me cogerás el teléfono cuando no tenga más nadie a quien acudir.
Me repito continuamente “Eh, podría haber sido peor”. Por supuesto, todo en esta puta vida puede convertirme en una mierda más grande todavía.
Pero supongo que es mejor así para todos, tú no te mereces que yo sea así. Di que merezco todas las cosas malas que me puedan pasar, adelante, estás en tu derecho.
Empieza a ser feliz, sin mí.

.

Otra vez.

Todo llega, todo vuelve.

-¿Y cómo estás?
-No lo sé. Lo cierto es que no sé lo que siento. No es tristeza, pero tampoco es ira. Ya he pasado por esto, lo he llegado a superar… y por supuesto que esta vez es muy diferente, no -tiene nada que ver. Esta vez sé que es mi culpa. Solo la mía y quizás lleva razón. Razón con todo. Pero al menos ahora sé que no es el fin del mundo. Mañana, aunque ahora parezca que no, me despertaré. El sol seguirá donde siempre. Todo va a seguir siendo igual, con o sin él. Y él… bueno, él lleva razón y con su razón se puede quedar. No me sirve si él no quiere verme, no es lo que necesito. Y tengo frío. Y ahora siento rabia y digo que todo esto no es lo que yo había planeado… pero al menos sé que así es más fácil. Al menos sé que ahora dentro de poco podré tomar las decisiones sin tener que pensar en nadie más, sin tener que sentirme mal. Mi musa ha volado, ya no quiere estar conmigo… pero a pesar de todo, sé que no es el fin del mundo. Y eso es lo único a lo que me puedo agarrar ahora.
No quiero a nadie más en mi vida, no quiero meterme en las sábanas de nadie. Y me va a costar quitarme todo este pensamiento, pero sé que todo esto es pasajero como cualquier otra cosa. Cada día voy perdiendo la esperanza, pero cada vez que miro más allá de toda esta porquería sé que existe un sitio para cada uno de nosotros. El lugar que debemos buscar cada día de nuestra vida. No soy egoísta y él no es malo, pero no es lo que buscamos el uno en el otro. Me da igual si mañana me llama diciendo que se lo ha pensado mejor, le diré que sí sin pensármelo. Pero también sé que si no lo hace no me voy a morir. Ni por él ni por nadie. Todo llega, todo vuelve.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Lo que nos hace diferentes

Empezar algo siempre resulta complicado, costoso y a veces nos gana la pereza… pero si en algún caso a ti la pereza no te ganara y quisieras continuar, permíteme decirte que será en vano, que será algo por lo que no habrá que luchar porque jamás lo conseguirás.

O quizás sí. Ni yo ni tú tampoco lo podemos saber si antes no lo intentas, pero si alguna vez te percatas de que esa cara de serio en realidad esconde una sonrisa picona que intenta ocultar, entonces podrás decir que has logrado algo. O cuando te des cuenta de lo que significan sus suspiros, sus diferentes suspiros… unos de paciencia y otro de alivio, de bienestar y en general de cursiladas danzando por su inexplorable mente… entonces sí, tendrás otro logro en tu mano.

No antes de que él se ponga borde durante toda una tarde y luego lo arregle todo en cuestión de minutos… no sin esos besos dulces que quieren arreglar las cosas, que te piden besos de vuelta. O por qué no, esos besos por todo tu pelo… mientras te canta una canción o se la canta al mundo, como quieras tomarlo.
O por qué no, cuando conozcas su cara de enfado o medio enfado, cuando de repente te des cuenta de que por muy durito que quiera ser, es como todos los demás, como todos nosotros que de vez en cuando necesitamos mimitos, abrazos, caricias y un par de palabras bien susurradas…

O esas siestas en las que probablemente os despertéis con dolores de brazos o de cuello… entonces dale un beso y que vuelva a la carga si puedes conseguir algo con un beso… Tienes que saber el significado de sus sonrisas, de sus miradas… Cuando te diga que ya no vale, que ya has conocido todo lo que tenías que saber de él para pillarle alguna mentirijilla… o las veces que se haga de rogar y tú insistas hasta conseguir algo que ambos a fin de cuentas buscabais…
Cuando no os pongáis de acuerdo en los días de mimos y de pasión, cuando él quiera ver una película y tú quieras arrancarle la ropa y viceversa…
Déjale en paz cuando tenga un día tonto lleno de recuerdos pasajeros y no le apetezca hablar… y agradécele cada vez que te acompañe o sea el espectador de tu vómito…

Cuando sepas que es un cotilla, un poco retorcido y manipulador como el que más… pero también cuando sepas que todo eso lo hace más y más interesante…
No te asombres si te dice que está bien y tú te has pasado media hora haciendo algo para sacarle una sonrisilla… él es así y no hay manera de cambiarlo.
Pero lo más cierto es que a mí no me importa todo esto. No me importa si alguien acaba consiguiendo más o menos que yo, eso queda indiferente en esta lista de detalles absurdos que se me quedan metidos en la cabeza.

Lo más cierto de todo es que a mí más que a nadie le gustan esos insignificantes detalles que tiene conmigo… ya pueda ser una rosa o cada vez que le da por cogerme de la cintura y abrazarme para que a mí se me ponga una cara de tonta… Claro que no es una maldita competición, es amor y algunos celos desparramados por ahí…
Son las ganas que tengo de verle cada fin de semana y las pocas que tengo cuando subo en el ascensor cada sábado por la noche…

Me da igual llegados a cierto punto, no es mío ni de mi propiedad, solo sé que es esa persona que está ahí para mí la gran mayoría de veces, que me hace enfadar tantos momentos y otros muchos en los que saca lo mejor de mí, en los que me hace sonreír, me hace teclear siendo mi musa sin parar, en los que me hace suspirar y otra veces… ¡aish!

Es increíble cada momento a su lado y si tienes la suerte de conocer todo esto y más, serás la persona más afortunada del mundo… quizás tanto como yo lo soy siempre con él.

domingo, 10 de octubre de 2010

This ir REAL

No quiero más conversaciones vacías. Tampoco todos esos silencios que se nos escapan. Ni malas miradas. No quiero nada de todo eso que vamos derrochando a cada paso que damos. Pero dime, ¿dónde están todos esos momentos pasionales perdidos por el camino? ¿Y todo ese tiempo perdido sin recuperar? Quiero seguir derrochando sonrisas, risas, miradas que lo digan todo, y todo sin plantearme que soy una imbécil haciendo todo lo posible para que me quieras cada día más y más. Y ya no escribo. Ya no analizo nada de lo que antes hacía. Pero yo soy así y no puedo dejar de hacer todas aquellas cosas que me gustan por el simple hecho de no parecer tan enamoradiza como realmente soy.

Y dime, ¿puedo seguir siendo como yo quiero ser sin pararme a pensar en todas esas personas que más tardes me juzgarán? He decidido tirar a la basura muchas cosas. Y créeme que ya estoy en ello… pero además de todas esas cosas que tanto te sacan de quicio estoy dispuesta a tirar por la borda todas aquellas palabras que me hacen cuestionarme cada paso de mi vida. Y yo entonces seguiré siendo esa que tantas palabras y que tanto teclea por segundo, esa que llega a su casa cada sábado con una sonrisa y con miles de pensamientos casi prohibidos; sí, quiero seguir siendo esa que te mande un mensaje cada vez que me apetezca sin esperar el tuyo que nunca llega, esa que se acerca a ti cada viernes y te engatusa una botella y una rubia que acompañar a su casa.

La misma de antes pero con menos prejuicios. Con menos cosas de las que preocuparme y con un solo objetivo. Con objetivos de verdad, con aquellos que verdaderamente importan. Que no me importa si me juzgan por lo que hago o lo que dejo de hacer… que llegados a este punto eso no es lo que importa.

Lo tengo todo y aún más. Tengo a la persona adecuada en el momento adecuado. Entonces, ¿te apuntas tú también y te unes a mí en el propósito de mejorar toda esta locura en la que vivimos?

Una sonrisa más, por favor.

jueves, 1 de julio de 2010

Silencios Rotundos

No sé exactamente qué es lo que estoy sintiendo estos días. En los días en los que parece que falta algo y los cuales quiero que pasen rápido; pero por mucho que me esfuerzo en pasar los minutos lo más rápido posible, más se vuelven las agujas del reloj contra mí y deciden moverse lentamente como los primeros pasos de un niño que aún no sabe más que decir un par de palabras y por fin comienza a andar torpemente pero intentándolo una y otra vez.
Supongo que son los silencios los que me aterran; serán esos silencios lo que más me da qué pensar. Claro que ya existían anteriormente, pero entonces tenía la fuerza y la voluntad suficiente como para poder llenarlos de estupideces sin sentido para que todo fuera distinto a como estaba planeado y salieran las cosas mejor de lo que esperábamos.
Pero es ahora cuando ni siquiera sé si valdrá la pena intentar llenar los silencios de palabras para intentar cambiar la realidad. Después de intentarlo una y otra vez, supongo que lo más sencillo es quedarme de brazos cruzados ante esta situación y ver si por sí sola es capaz de arreglarse o sencillamente todo se desvanece poco a poco hasta dejarme el corazón roto en mil pedazos.
Me podría definir a mí misma como alguien a la que le gusta intentar tener todo controlado e ir uniendo todos esos cabos sueltos que van quedando a lo largo del camino; y aunque me empeño con todas mis ganas en poder conseguirlo, debo admitir que esto tampoco da resultados. Ni siquiera me gusta plantearme qué va a ser de mí cuando todo esto acabe… volveré al lugar de siempre supongo, volveré a sentirme como una idiota sin poder evitar seguir enamorada de esa otra persona mientras parece que todo mi mundo se detiene y el de los demás sigue su rumbo sin pararse ni un instante ni por mí ni por nadie.

domingo, 13 de junio de 2010

..También se vive

He leído varias veces eso de que cuando verdaderamente quieres a una persona, sencillamente no puedes dar razones de por qué la quieres más o menos. No puedes explicar el por qué, es tan simple como dejar que todo fluya y te limitas a querer... como digo más o menos, pero eso es todo lo que nos limitamos a hacer.
Y la verdad es que nunca había creído en esto que decían; siempre había pensado que tendría que haber alguna que otra razón. Que si te atragantabas con las palabras por el camino sería otra historia... aunque la verdad es que una vez habiéndome visto en esa situación y habiéndome visto con pocas palabras que poder regalar me quedé atónita. Me quedé dudando. Pensando y buscando más allá.
¿Será simplemente eso cierto? Eso de que no puedes encontrar una razón cuando quieres de verdad. Cuando es incomparable a cualquier otra cosa...
Y aunque me cueste admitirlo, ahora estoy convencida de que es así.
Estoy convencida y no sé si cambiaré de opinión, pero sé que el amor no entiende de razones, no entiende de motivos ni de cosas divinas... depende más bien de la constancia, de paciencia y de pequeños detalles que para ti son espectaculares. Depende de un gesto que puedas recordar, de una canción que te recuerde a aquella situación que te sacó más de las sonrisas que tú imaginabas.
Y efectivamente, depende de todas esas veces en las que recuerdo uno de sus abrazos, en las que me viene una sonrisa si recuerdo aquella cena mientras yo no podía parar de estornudar, o aquella vez en la que no pude parar de reírme mientras le veía con su paraguas roto y más aún llevando mis bolsas con toda aquella ropa que quizás no fuera tan bonita, pero que sin quererlo me recuerda a que él estaba ahí para darme su opinión con su gran paciencia mientras yo miraba entre cientos de prendas rebajadas.
Esos quizás son los motivos verdaderos, aquellos que son tan pequeños y que tantas horas te llevarían para poder enumerarlos todos.
Ahora sé que no depende de si aquella otra persona es más o menos atractiva, de si su voz es más o menos risueña, de si viste bien o si sencillamente es un desastre.
Supongo que eso a fin de cuentas no es lo verdaderamente importante acerca de toda esta locura llamada "amor" y que tan cursi e incluso repelente nos puede resultar en ciertos momentos de nuestra vida, pero que en realidad es aquello que todos buscamos sentir, aquello que cambiará nuestro futuro y dependerá de esa otra persona si el resto de noches que nos queden recaigan en la misma almohada de esa persona que quizás no siempre, pero que probablemente algún día fue lo más especial para ti y con la que quisistes compartirlo todo.

Y yo... bueno, yo aún soy muy joven supongo y tampoco soy quién para hablar del amor a gran escala, no soy quién para decir cuánto cambia una vida cuando decides compartirla con otra... pero aunque no tenga la autoridad suficiente para hablar de todas esas cosas que finalmente un día conoceré o al menos eso espero, sé lo que es el amor en pequeños sorbos.
En pequeñas cantidades humanizadas que me devuelven la sonrisa por muy grande que haya podido ser mi enfado o mi estado de tristeza anterior. Y sé que "el amor", eso de lo que algunas personas huyen y por lo que no se quieren ver afectados, es, según mi punto de vista quizás infantil e inmaduro, aquello que te aporte ventajas tras ventajas. Aquello que nos sirva no solo para divertirnos y tenerlo como una especie de pasatiempos como algunos lo consideran, sino como algo mucho más significativo, como un estilo de vida... el estilo de vida de intentar vivir enamorado y por supuesto, sin perder la ilusión día tras día.
Y claro que yo me repito mucho y puede que todo esto no tenga mayor importancia para esa persona que para mí es especial, pero y qué si no lo es, supongo que no todo podría ser perfecto ni tampoco tal y como yo me lo imaginaba.
Pero aunque nada de todo esto se aproxime ni un poquito a la perfección, a mí me vale. A mí me hace feliz. Pero aunque yo me repita mucho y esto no sean más que cursiladas, unas tras otras, no me gusta que él las sepa para no esparcer por ahí la ilusión y que un día se esfume casi sin dejar rastro ni huella posible de seguir.
No me gusta sonar clásica ni tampoco excesivamente cursi, no me gusta ser una blandengue pero sí me gusta que me abrace y me dé miles de besitos mientras me dice lo tonta que soy y me describe la sonrisa tan sincera que por mi cara se asoma.
Tampoco a mí me gusta estar mal con él, a mí también me gustaría que todos los días fueran de fiesta y que él estuviera siempre tal y como yo quiero, pero supongo que en eso se basa una relación además de muchas otras cosas, en aceptar aquellos días en los solo eres capaz de soltar suspiros y quejas sin parar, en las que sientes que un poco más de paciencia no te vendrá mal si no quieres acabarlo todo ahí. Son días buenos como son dias largos y feos.
Así son.
Y yo, cuando acabe este maldito mes de estrés quiero que todos los días sean soleados y llenos de libertad veraniega, llenos de dulces besos o pasionales si se me antojan, de risas de verdad y de sonrisas que enamoren... pero sobre todo, que todos esos días sean de los buenos de verdad. Aunque resulten repetitivos. Los quiero todos así aunque no vayan a serlo, pero oye, de ilusiones...

jueves, 10 de junio de 2010

A todas mis dudas

Cuándo no habré dudado de todo aquello que me rodea. Cuál habrá sido el día en el que he sentido que todo iría siempre bien, en el que las cosas no se torcerían por mucho que mi suerte cambiara. Y cuántas veces no te habré dicho que tengo miedo, que me aterra la idea de que te puedas cansar de mí; de que yo resulte lo suficientemente buena como para hacerte feliz.
Y no creas que no he intentado cambiar esta idea que inunda mi mente tantas tardes y que me quita el sueño más de una noche… pero supongo que con pequeños gestos y casi insignificantes te has convertido en algo demasiado importante para mí como para permitirme el lujo de no hacer nada y perderte. Y claro que sé que soy muy repetitiva, que siempre digo el mismo tipo de frases en las que están presentes las palabras “miedo” y “perderte”. Pero lo creas o no, sé que yo no soy lo mejor que tú puedes encontrar y aun sabiéndolo, no quiero que tú te des cuenta y que puedas encontrar algo mejor de lo que yo soy. Algo que pueda hacerte más feliz de lo que yo soy capaz. Alguien con la que te rías más y te bese mejor que yo. Pero lo siento, eso es lo último que quiero que pase. Quizás algún día ocurra, pero es por eso… por el miedo a que ese día llegue y se adelante a su fecha. Por el momento quiero que sigas con lo poquito que tienes ahora, no quiero que seas consciente de que el mundo está lleno de gente increíble dispuesta a formar parte de vidas ajenas por el simple hecho de regalar besos como los tuyos.
Y aún queda mucho tiempo por delante… al menos eso me propongo. Aún queda un mes en el que me llamarás todas las noches y no hablarás apenas porque toda tu microbiología y tus vertebrados te habrán quitado los ánimos para poder hablar con esta rubia que tantas dudas quiere regalar por ahí para que no rebosen en su cabeza… Y ya me conoces, que aunque tú me ganes, un poquito cabezota sí que soy… y no estoy dispuesta a perderte. Y podrás decirme cuáles son los motivos que tengo para pensar esto; la verdad es que no lo sé, todo es demasiado confuso y más aún cuando el mes de exámenes asoma la cabeza…
Sencillamente no sé qué ha hecho que vuelva a pensar que un día te cansarás de ir con una rubia adicta al redbull o adicta a tus besos. A una rubia que tan mimosa puede ser como salvaje si se lo propone. Y esa misma rubia tiene algo que nunca pensó que podría llegar a encontrar de verdad, algo que pensándolo bien no lo cambia por nada…
Y no sé, estúpidamente me he enamorado de un chico con cara de jaula y él de una rubia con cara de buzón, pero la vida es así… nunca sabes qué te sucederá, hasta que todo sucede.
Para qué más cursiladas si aún tienes mucho que estudiar por hoy y yo mucho que aburrirme sin ti… Te quiero moreno, y créeme que te guste o no voy a seguir a tu lado todo el tiempo posible.

lunes, 7 de junio de 2010

Better Alone


Don't you hope
We can start again
Endings are old
But they help you see

Can't quite believe
All of this and what it means
You've become so bitter

You think you're better alone
For the sake of your sanity
It won't resolve
If you just learn to breathe, again
You never had the nerve to begin with
You think you're better alone

Been here before
Seeking safety or something to blame
You feel so hollow
You could swear that you've grown

Where did you think
As big as your dream
You've become so bitter

You think you're better alone
For the sake of your sanity
It won't resolve
If you just learn to breathe, again
You never had the nerve to begin with
You think you're better alone

Never had the nerve to begin with
Got to come to your senses

You think you're better alone
For the sake of your sanity
It won't resolve
If you just learn to breathe, again
You think you're better alone
It won't resolve..

jueves, 3 de junio de 2010

Lo que hay que oír...

“En un juego virtual, una mujer japonesa de cuarenta y tres años se casó con un oficinista de treinta y tres años al que afirmó no conocer en persona. El juego transcurrió con normalidad, hasta que él se divorció de ella sin previo aviso. Aunque el matrimonio era puramente virtual e imaginario, la mujer se enfadó tanto que utilizó la información que tenía sobre el hombre para matar a su avatar. No había planeado ninguna venganza en el mundo real; aun así fue detenida por la policía, y posteriormente se enfrentó a una condena de hasta cinco años de cárcel y una multa real de 5.000 dólares por su comportamiento destructivo en Internet”.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Damn book.

En realidad veo una completa estupidez dejar aquello que más me gusta en la vida por ti.
Lo veo lo más absurdo y no sin motivo aparente. Es inútil y sé que me voy a arrepentir por el simple hecho de que tarde o temprano te irás.
Te irás sin siquiera tener una explicación lógica que yo pueda entender.
Me dejarás y no sé si sentirás pena o dolor, pero sé que lo acabarás haciendo.

Es muy injusto y me duele bastante.
Me duele estar buscando motivos por los que puedas volver a encontrar la ilusión mientras tú probablemente estés pensando en que esto no llega a ningún lado.
Estoy dejándolo todo por ti y aún así no eres capaz de encontrar ni un resquicio de ilusión que me duvuelva a la persona que tan poco detallista era conmigo pero que a fin de cuentas me quería.
Al menos aparentemente.
No tiene ninguna lógica, claro que no.
No tiene lógica seguir haciendo todo lo que esté en mi mano si de más sé que es en vano...
Odio esto del amor. Odio dar amor y no poder recibir lo mismo por tu parte.
Que me quieres y no lo dudo, pero sé que ya no quieres estar conmigo como sencillamente lo hacías antes.

lunes, 24 de mayo de 2010

Tu desilusión

Me dices que has perdido la ilusión.
Que quizás nunca la tuviste. Que las patas de tu mesa cojean y no sabes cómo arreglarlas.
Y, ¿qué es lo que se supone que yo he de responderte?
No soy yo la persona que puede darte la ilusión que a mí me sobra.
No soy yo y probablemente no sea nadie quien pueda decirte dónde encontrarla o cómo conseguirla.
Y muy a mi pesar, llevas toda la razón del mundo; el hecho de tantas relaciones seguidas hace que pierdas la ilusión, que lo consideres como lo convencional en lugar de lo extraordinario como debería de ser.
Y, ¿qué podemos hacer al respecto?
¿Dejarlo todo aquí será la mejor opción?
¿Será esa la respuesta que buscas?
Yo no lo sé y ni siquiera tú te puedes contestar a ti mismo. Y en mi sano juicio siento decirte que si no encuentras esa respuesta rápido probablemente todo se desvanezca por complejo sin casi dejar rastro.
Y no es que me esté volviendo más egoísta de lo normal, pero sé que ahora no puedo hacer nada por cambiar nuestra realidad. No puedo aparecer mañana en la puerta de tu casa con dos billetes a París o a Nueva York para que se te plante una sonrisa en tu cara y recuperes la ilusión que perdiste hace tanto.
No soy yo quizás lo que tú necesitas, no soy yo quizás lo suficientemente extraordinario para que tú lo puedas considerar como tal.
Pero no sé, en todo esto hay algo más.
Algo oculto. Una especie de incógnita. Dos signos de interrogación.
Yo solo puedo seguir dándote lo que hasta ahora te he dado, en mayor o en menor cantidad, pero algo muy similar a lo de siempre.
No soy fantástica pero soy especial. No soy lo suficientemente extrovertida pero sí lo que se sale de lo convencional.

Llevo mucho camino recorrido y siento decirte que nunca he sentido lo que tú. Nunca he perdido la ilusión por ninguna de mis relaciones anteriores porque supongo que siempre me ha ido mal. No sé si la acabaré perdiendo por esta; eso es algo que solo el futuro sabe.
Lo único que me dices es que tú no quieres terminar aquí. Eso no sería lo correcto. No sería lo esperado ni lo justo.

Y, ¿qué es lo justo en estos momentos?
No es justo que yo me lleve todo el día pensando en ti y que tú solo inviertas un par de minutos de tus horas totales del día pensando en mí. Quién sabe si así es.
Lo que sé es que esto es cosa del destino; sé que yo no sirvo para que me vaya bien en esto del amor por mucho que yo me empeñe. Soy todo lo que un chico normal podría desear. Al menos así lo ves tú.
Entonces, ¿qué es lo que siempre falla?
¿Qué es lo que le falta a esta fórmula de amor que tan poco efecto está surtiendo?
¿Es emoción? ¿Es pasión?
No es empeño ni esfuerzo por mi parte.
No es ignorancia por mi parte ni tampoco desinterés.
Es algo que no consigo descifrar y me duele en lo más profundo, pero he decidido cambiar en la mayor medida posible y aceptar mi realidad haciendo que no me afecte esto de ninguna manera.
Debo ocupar mi tiempo con cosas que sean solo mías y en las que tú seas totalmente independiente.

Mi única recomendación es que encuentres eso que falla, encuentra esa ilusión perdida o inexistente en nuestra relación por tu parte.
Para sincerarnos un poco más yo seguiré aquí todos los días y esperaré el tiempo que haga falta y no me voy a rendir a la primera de cambio.
Cambiaré por ti si tú me lo pides.
Si es lo que necesitas.
Serán menos quejas y más gestos reales que no puedan ser reductibles a nada tecnológico.

¿Por qué?
Porque te quiero.
Porque soy una persona paciente y un poco tonta... pero así soy, y esperaré lo que haga falta.

Si un día resulta que por ningún sitio la encuentras y que sencillamente ves que esto no tiene ningún sentido y decides que es mejor dejarlo todo, probablemente lo entenderé. Me dolerá.
Me dolerá enormemente. Pero esta es mi realidad. Y vivo en ella. Y aún más soy consciente de ella.
La realidad de que en esto del amor siempre seré una pieza equivocada del puzzle.

Do Ya Want Me¿


Probablemente no valoramos suficientemente todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Muy posiblemente no tengamos ni idea de lo mucho que vale nuestra vida.
Y seguramente solo al filo del final valoremos todo como deberíamos y sepamos lo mucho que valen nuestras vidas.
Y es que un accidente nos puede ocurrir a cualquiera... todos podemos vernos un día metidos en un coche dando vueltas y partiéndonos huesos y en general, a punto de echar nuestra vida a perder. Y no sé qué es lo que hace que a veces sencillamente nos salvemos en momentos extremos. No sé lo que hace que sigamos aquí cada día a pesar de todos los obstáculos.
Sea como fuere sé lo afortunada que soy por seguir teniéndole por muy mal que nos tratemos y a pesar de que nos gritemos, nos miremos mal o nos lleguemos a odiar, él sigue ahí siendo quien siempre ha sido y ocupando ese puesto tan relevante en mi vida.
Y será por eso por lo que estoy aquí una vez más entre notas musicales y paisajes pasando por mi ventanilla.
Y es que la vida puede resultar difícil. Puede llegar a ser terrible.
Pero al final del trayecto lo que recordaremos o al menos lo que se supone que deberíamos recordar no es eso sino todos esos buenos momentos en los que probablemente no nos dimos cuenta de lo mucho que valía la tranquilidad, la buena compañía o una buena ginebra.
Sí, cuanto más lo pienso más segura estoy de ello. Cuando un día yo tenga 60 o 70 años y no tenga más que arrugas y canas no recordaré todos esos momentos en los que me hicieron daño.
No recodaré las veces en las que andaba empapada por la lluvia y tiritando sino los días de verano en la playa con mi Vogue, con cualquier refresco, tabaco y crema solar.
No recordaré las veces en las que discutí con mi madre sino todos esos cafés llenos de humo y sonrisas sinceras.
No recodaré cada vez que me enfadé con mi padre sino todos esos días en los que lo observaba mientras disfrutaba cantando con su karaoke o cualquier tarde en la que lloré por su exigencia en el ajedrez.
No recordaré a ninguna de amigas pasajeras que me olvidaron en cuestión de días sino a todas esas que me han demostrado tanto en esta vida y de las que tanto he aprendido.
No recordaré a ninguno de todos esos cabrones que me he ido encontrando a lo largo de los años sino a cualquiera que solo me regaló felicidad y cariño. Y besos. Y abrazos. Y amor en general. O amor en el sentido más amplio de la palabra.
Sea como fuere estas son las cosas que te hacen ver cómo son realmente... y es que vivimos bajo presiones y complicaciones. Bajo dietas y bajo cremas anti-arrugas.
Haciendo mucho deporte para mantenernos en forma y supongo que todo eso está muy bien... pero no merece la pena tantos suspiros por donde se escapan a gritos las complicaciones. Las preocupaciones. Y es que al final del viaje, nos servirán de algo?
Conseguiremos un plus en el cielo por habernos preocupado mucho?
Tendremos más comodidades si derramamos muchas lágrimas?
En realidad no lo sé pero me da que no...
Y es que eso es lo que voy a intentar cada día.
Encontrar algo por lo que siga mereciendo la pena seguir viviendo con una sonrisa de oreja a oreja y valorando cada cosa que tengo a mi alrededor por muy insignificante que pueda resultar. Sencillamente parémonos la próxima vez que quedemos con un amigo que hacía tiempo que no veíamos y disfrutemos el doble o el triple o todo lo que podamos de ese café o de esa copa o lo que sea...
Y valoremos más a todas esas personas a los que llamamos amigos. Y parémonos una tarde delante del espejo y miremos con otro ojos. Con unos ojos que no nos encuentren defectos. Con ojos que sepan apreciar la belleza tanto física como la del interior.
Y vayamos a esa persona y por qué no, regalémosle un abrazo más del que teníamos previsto.
Hagamos lo que hagamos, sin importar la dirección que tome nuestra vida, apreciemos todo esto al menos un pelín más...
Y si me paro a pensarlo, tengo mucho por lo que dar gracias. Por miles de cosas que pasan ante mis ojos y que no valoro ni un poquito solo... pero, puedo quejarme en realidad?
Si en realidad soy muy afortunada y lo tengo todo en esta vida...
Tengo unos padres que me quieren, unas amigas que me escuchan y que me hacen reír continuamente, unos hermanos que me siguen tratando como la niña peque de la familia...
A diferencia de muchos tengo un sitio donde vivir. Tengo muchos conjuntos que combinar. Tengo oportunidades que probablemente ningún niño africano tenga...
Y soy de las que dicen que así no es como hay que pensar... no tenemos que compararnos con nadie tan pobre para saber lo que tenemos en nuestra vida porque si lo miramos así, sí o sí nos sentiremos con fortunas parecidas a las de Bill Gates o con los 18.000 millones que factura Google. No, sencillamente no me gusta pensar así... pero a veces hay que pensar así para saber lo mucho que tenemos en esta vida.
Y al igual que yo, tú también tienes cosas por las que eres afortunado. Por las que deberías de tener una sonrisa en tu cara cada día que pasases aquí.
En conclusión saco que soy más afortunada de lo que me imaginaba y que tengo miles de cosas en esta vida...
Y además te tengo a ti.
Tengo a una persona a mi lado capaz de hacerme feliz sin importar que mi cabeza rebose de preocupaciones o celos o cualquiera de todas esas cosas que viven en mi cabecita y que tantas veces salen para complicarme un poquito más.
Tengo a la persona que fue capaz de conquistarme con un beso lleno de inocencia y con un aroma etílico que jamás olvidaré.
Tengo a ese chico que tanto bien está haciendo en mi vida. Ese chico que me regala su tiempo cada día, que me ha devuelto esa felicidad que yo extravié hacía tanto...
Y probablemente yo no sea ni la más guapa, ni la más lista, ni la más alta, ni la más simpática ni nada de eso... pero has aprendido a amarme a pesar de todos esos defectos que parecen no estorbarte en absoluto.
Yo en cambio tengo al mejor chico que jamás imaginé. Tengo a un chico que lo tiene todo. Al que no le falta de nada. Y el que ha decidido hacerme más feliz de lo que nadie fue capaz antes...
Y por todo esto y por mucho más quiero dar gracias. A quién?
Eso es lo de menos. A la vida. A Dios. A mi ángel de la guarda. ¡A quien sea!
Y doy gracias porque sencillamente lo tengo todo para ser feliz... y lo mejor es que soy feliz como la que más rodeada de todas esas personas que me aguantan cada día. Que me hacen ver lo bonita que puede llegar a ser la vida...
Porque es corta y hay que vivirla intensamente con moderaciones.
Por qué no, intentemos ser un poquito más felices de lo que éramos hasta hace un ratito antes de leer esto...
Porque sencillamente... merece la pena ser feliz.

JUSTaLittleTOOlate


Puede que hasta este fin de semana no me haya dado cuenta de cómo verdaderamente son las cosas. De lo mucho que nos podemos llegar a engañar a nosotros mismos. Y sinceramente me he quedado atónita al ver todo lo que me rodea. Al ver todas las mentiras, todos esos disfraces con los que se visten las cosas en mi vida… y sabes qué?
Que yo no quiero eso para mí. Que yo quiero una vida simple. Con más o con menos, pero sin engañarme más a mí misma. Y llevo toda mi vida viendo cosas que no me gustan, viendo tantas jugarretas que me juega la vida, tantos malos momentos que a veces pienso que son incontables… pero me sigo engañando. Y puede que haya llegado el momento de darme cuenta de que eso de la suerte… en mi vida al menos no existe.
Y ahora mismo, en este instante lo único que me gustaría sería marcharme lejos. Sin nadie que me acompañase en el camino; sin tener que afrontar mi puta realidad. Esta mierda de realidad que me rodea, que me toca cada vez más y que pensándolo bien, una realidad que no me apetece vivir.
Y los problemas no son más que complicaciones; no son más que eso que te preocupa, eso que te quita el tiempo de felicidad para sumergirte en qué? En un estado de amargura. No lo sé y sinceramente no quiero saberlo… Para ser francos lo único que quiero es terminar con todos mis problemas. Acabar y ser feliz sin engañarme nunca más. Sin tener que pensar que nada de esto es malo cuando en realidad lo es. Sin tener que mentirme y decirme que las cosas no pueden ser perfectas ni se pueden asemejar ni un poquito a la perfección. Y quizás eso sea cierto. Quizás sea verdad que nada puede ser tal y como nosotros lo deseamos… pero yo también quiero tener una oportunidad. Al menos una sola.
Una que me dé eso que quiero. Y una puta oportunidad que parece no llegar… Y claro que yo soy muy susceptible y las cosas que me rodean me afectan terriblemente y puede incluso que a veces no lleguen a ser tal y como nosotros las queremos… pero esto?
Esto es una puta mierda. Y no hay más.