domingo, 10 de abril de 2011

Descartes

Después de borrar cinco veces todo lo que llevo escrito, después de cientos de canciones de las que esperaba inspiración, me limito a ser simple como la idea que surje como de la nada en mi cabeza.
¿Es cierto entonces? ¿Es verdad que por fin ha llegado el día?
Entre días y noches, prefiero referirme al momento. ¿A la etapa? Supongo que son términos que podría aceptar pero que prefiero no usar, al menos por el momento.
¿Ha llegado entonces? El momento, el día o la etapa en la que todo aquello no me haga más daño, cuando todo aquello pueda dejarlo verdaderamente en el pasado.
¿Estás aquí, por fin? El momento idóneo para darme cuenta que existe vida más allá de ti. Más allá de esa interminable historia que quizás yo me empeñé en alargar más de la cuenta. Sería estúpido por mi parte decir que aún quedaba algo cuando en realidad tú lo dabas todo por sentado meses atrás.

Si te tengo que dar ahora la razón, te la daré entonces. Si no quedaba nada, entonces déjame decir que para mí aún quedaban pedacitos de recuerdos fugaces esparcidos por la memoria. Pedacitos de momentos junto a ti que incesantemente me hacían más y más daño. ¿Han cesado entonces? ¿Es momentáneo esto que siento o piensa quedarse junto a mí?

Ahora, ahora que puedo observarte y reírme de mis propios errores, ahora que te conviertes en otra sombra alargada sin más penas que glorias. Alguien más. Alguien de tantos, supongo. Todo es un suponer al fin y al cabo, o eso dicen.

Durante meses me había limitado en recordar todos aquellos momentos buenos y por qué no, admitiré por primera vez que me daba miedo recordar todos esos otros días en los que no todo fueron risas y caras felices. Los días en los que me quedé horas esperando algo más, días en los que parecía que todo te daba igual aunque yo me empeñara en pensar que no. Como digo siempre, es una pérdida de tiempo remover los errores del pasado y por eso no me volveré en contra de mis propias palabras esta noche.

Noche cálida por el momento, noches de caféina y música, de papeles esparcidos por mi mesa mientras escribo algo que necesitaba soltar, algo que decir al mundo, algo por lo que pueda seguir con todo lo que tenga que hacer y sentir que mi mundo vuelve a tener algo de sentido, o más bien, que vuelve a tener algo que había perdido hace tiempo. ¿Amor? Claro que no, no me hace falta a nadie más que me recuerde que la vida es tal y como nosotros queremos verla, dependiendo de lo alto que esté el sol en esos momentos.

No he venido entonces a echar nada en cara, fueron buenos como malos momentos. Para qué decir que acabó bien, si todo acaba porque las cosas acabaron mal. Para qué más demora en decirte adios después de tantos meses junto a ti. No necesito más momentos vacíos mientras espero la llamada que nunca harías ni el beso que jamás me devolverías. No necesito más amor que pueda venir de aquello que tantos dolores de cabeza me ha causado, ni aún habiéndome dado felicidad otras muchas veces.

Necesitaba esto entonces, alejarme algún tiempo para recordar la esencia. ¿La esencia de vivir? Claro que no sé qué necesitaba recordar, solo presupongo que necesitaba un respiro ante el dolor; un tiempo para mí y para nadie más. Para recordar quién soy verdaderamente y no en la alma en pena que me convertí. Cuidando los tiempos verbales que me importan una mierda en realidad... Te regalo mi adios entonces, cuando tú ya te habías ido hacía tiempo y yo me había quedado esperando a alguien que jamás volvería la mirada atrás. A alguien que probablemente no recuerde ni la mitad que yo, que siga ensimismado en creer ser de una forma y demostrar todo lo contrario a la hora de la verdad... Sin reproches, es verdad.

Adios, entonces.

sábado, 12 de febrero de 2011

Barbra Streisand

Porque realmente, ¿quién conocía a una actriz como aquella?
¿Qué era aquello realmente? Aquello que pasaba en frente nuestra por simple casualidad, por simple entretenimiento...
Siempre acabamos pensando que habría sido interesante, que por no tirarnos de cabeza perdemos oportunidades. Pensamos, ¿qué habría pasado si...?
Supongo que habría sido una noche diferente que acabaría en decepción, en momentos que sabes que tenías que estar ahí pero que nunca más volverás a ir.
Ni siquiera me dijo su nombre, ni siquiera recuerdo su ropa y sin embargo me dejó pensando días y días y semanas. Son esos momentos que pasan por tu lado rozándote sin que puedas darte cuenta de que las cosas verdaderamente pueden cambiar si nos empeñamos.

Después están esos momentos en los que por no arriesgarnos, preferimos marcharnos. Ese fue uno de aquellos momentos en los que quizás debería haberme quedado, en el que quizás debería de haber hablado más, haber soltado cualquier tontería y conseguir entablar una conversación más interesante aún.
Es más fácil pensar en lo que queremos, es mucho más fácil creer que lo que ya tenemos es mucho mejor sin darnos cuenta que vendrá uno de esos días en los que algo insignificante nos quitará la razón y nos quedaremos vacíos, pensando qué podría haber pasado.

Lo cierto es que aún habiendo ocurrido algo diferente a todo aquello, ese no era el momento adecuado, no era el lugar, ni el día. Quizás una camisa como esa...

sábado, 5 de febrero de 2011

Let's go

-¿Aún sigues ahí?

-Lo cierto es que no sé si realmente quiero ir a otro lugar.

-Puedes quedarte aquí un rato más, pero tenemos que irnos dentro de poco, ¿de acuerdo?

-¿Sabes? Ya lo noto. Y ya lo he visto. He visto cómo hemos estropeado todo lo que nos rodeaba. Te veo a ti, y me veo a mí. Nos veo en caminos totalmente diferentes, y aún recuerdo cuando ese camino era el mismo, cuando en realidad tú eras tú y yo seguía siendo yo. Y cómo, si aún no puedo entenderlo, hemos podido acabar en esta ruta tan diferente.

-A veces las cosas se complican.

-Pero, ¿tanto? No pensé que nos pasaría esto. No pensé que lo nuestro también sería igual que todo, pensaba que esto era irrompible, pero cada vez más me doy cuenta que no éramos más que dos estúpidos que creían en chorradas que nos enseña la vida. No sé ni siquiera por qué te sigo contando esto una y otra vez, no sé por qué te sigo diciendo que escuches aquella canción que tanto me recuerda a ti y que tantas esperanzas me ha dado durante tanto tiempo. Supongo que no soy capaz de seguir andando, no soy capaz de terminar esta copa ni este cigarro.

-A veces hay que hacer cosas que no nos gustan.

-No es que esto no me guste, es que sencillamente no es lo que quiero para mí. Pero claro, es algo que no he elegido yo, que has elegido tú por los dos, algo en lo que yo supongo que no puedo opinar ni cambiar si me apetece.

-Pero tú sabías que habría un final como hubo un principio.

-Si te soy sincera no sé si lo sabía, no sé si era capaz de creer que algo así podría pasar. No sé si en realidad ya lo he admitido todo y todo lo que me queda es subir y seguir subiendo. Nos hemos caído en un agujero o al menos yo me caí hace mucho tiempo. Siempre me gusta recordar días al azar, me gusta mirar entre mis recuerdos aleatorios y cuando todo eso vuelve a mi cabeza derrocho estúpidas sonrisas que en realidad ya no tienen vida, sonrisas sin motivos, o al menos motivos que ya se fueron hace mucho tiempo. ¿Cómo no lo he visto antes? ¿Cómo? No quería darme cuenta de esto y sé que aún me queda tanto aquí, me queda tanto dentro de mí que aún me va a llevar cierto tiempo ser capaz de salir de este estúpido agujero que ya tan familiar me recuerda.

-¿Qué habrías querido entonces? No existe algo eterno, ni siquiera nosotros somos eternos. Tú sabías que no podíamos serlo, yo te dejé que lo creyeras pero en el fondo ambos sabíamos que un día nos separaríamos y nos diríamos adiós. Sabías que no eras la mejor para mí, que habría miles de chicas como tú esperando ahí afuera. Claro que todo esto son cosas que nunca queremos aceptar, historias que esperamos que sean diferentes pero al final ninguna se salva de ser igual que la anterior.

-Esta no era como todas las demás, al menos así lo veo yo. Joder, era tan jodidamente buena que habría dado cualquier cosa por continuarla. Por tener una segunda parte. Otro guión. No sé, me resulta raro que ya no haya nada, que ni siquiera esto pueda ser real.

-¿Recuerdas lo que te dije? Supongo que te mentí, supongo que no quería sorprenderte con un no, no quise decir la verdad, ahora ya lo sabes, ahora tienes que ser fuerte y admitirlo, odiarme si es necesario.

-Tenía esperanza incluso sabiendo que todo eso pasaría. Pensaba que solo te haría falta algo como eso para darte cuenta de que esto sí merecía la pena. Y joder, aquí estamos, contando batallas cuando en realidad aún podríamos dar mucha más guerra. Tenemos que seguir hacia delante, ¿no? Tengo que seguir estudiando, llegar a donde quiera y no dejar que esto me ocurra otra vez.

-Tienes que marcharte de una vez, dejar que todo esto siga su cauce, sin esperanzas, con ilusiones marchitadas que acabes tirando a la basura. Guarda recuerdos, cartas, fotografías pero guárdalas tanto tiempo que cuando vuelvas a ver toda esa historia tan solo sean recuerdos de una vida que ya pasó. Saca lo mejor de ti misma, tú tienes eso, tienes eso y más, ahora quizás nos odiemos y nos hayamos criticado hasta la saciedad, pero sé que en el fondo eres fuerte, que puedes aparentar estar bien y eso es lo que debes hacer, aparentar que no te afecta y quizás llorar cuando nadie pueda oírte. Pero si no lo intentas, si de verdad no intentas volver a recuperar eso que yo he sido capaz de robarte nunca nada volverá a merecer la pena. Las cosas son así, tú no eres nadie para cambiar lo que yo pueda querer o no, así que haz tu vida, ahora sin mí. No creo que sea una tarea fácil pero tampoco imposible. Tú eres tú, eres esa chica un tanto borde con altas expectativas de vida y que sencillamente tiene que seguir hacia delante. Te guste o no. Te cueste más o no. Yo he significado mucho, tanto quizás como tú para mí o quizás un poco menos, pero llegados a este punto con todas las maletas listas para marcharnos hacia un nuevo lugar, he de irme. Tú tienes que hacer lo mismo. No pienses en nadie que pueda ser morena, que me pueda regalar el amor que no quiero que tú me des. Da igual rubia, morena o castaña. Pelirroja si lo quieres. Tú has sido diferente supongo, has sido esa rubia que me ha vuelto loco durante tanto tiempo pero que ya no tiene esa esencia, que se nos acabó que lo acabamos no sin antes empeñarnos en que saliera bien. Tú también serás capaz de encontrar a otro al que volver loco, alguien que también te vuelva loca a ti. Nos hemos querido, nos hemos hecho daño pero como todo en esta vida… Cuánto camino nos queda por delante rubia…

-Me gustaría que todo fuera diferente, que tú ahora no estuvieras diciéndome todo esto sino que me llamaras para contarme tus tonterías, para preguntarme qué me apetece hacer esta noche… Podríamos hacer tanto juntos… Pero claro, las cosas son así como tú dices… Recuerda, estoy aquí. Hemos estado aquí. No sé en realidad, sigo sin querer este adiós, quiero que sea un hasta luego aunque me repitas hasta la saciedad que eso no es posible, que eso no va a volver a ocurrir nunca más. Joder, mierda, ¿sabes? Te quiero. Da igual. Yo sigo mi camino hasta el día en que deje de pensar todo esto. Pero tenías que saberlo. Tenía que sacar mi lado gilipollas. Ya tocaba después de tantas tonterías esparcidas por el suelo. Tenías que seguir tu camino sabiendo lo mucho que has significado para mí, sabiendo que yo también continuaré el mío porque quizás no me queda más remedio o porque es lo que toca en esta época. Supongo que ha sido un placer encontrarnos, un placer que nos hayamos unido y que bueno, acabemos separados. Separados llevando con nosotros mismo muchos recuerdos que seguro no dejaremos escapar tan rápido… Pero sigue caminando, no te detengas por mí, que yo ya no merezco la pena como a veces me has dicho, pero la historia que nos llevamos sí que ha merecido la pena y nunca te arrepientas. No de esto que ya no podemos cambiar. Han sido buenos días, buenas tardes o buenas épocas… No, no me dejes que recuerde esa noche, la noche en que me hiciste tan jodidamente feliz, la noche en la que todo era real aunque a primeras pensara que era algo así como irreal. Esa noche… es uno de esos días que jamás olvidaré lo que sentí. Ningún detalle, ni el fuego, ni el camino, ni el tabaco, ni ninguna estúpida luna llena ni nada de lo que me pudiste contar después de tanto tiempo. Vamos, sigamos nuestros caminos… Si pudiéramos retroceder qué diferentes podrían ser las cosas.

miércoles, 2 de febrero de 2011

What I've done

En sus ojos se podía apreciar el odio más grande que yo jamás había imaginado. Era como si todo el mundo se me fuera a venir encima… Y yo seguía ahí, sin saber muy bien qué hacer o decir, sin esperar una respuesta, sin moverme ni inmutarme.

Y así fue, ni siquiera aquello hizo que me inmutara. Yo simplemente miraba y seguía mirando a mi alrededor, observando, viendo aquella realidad tan alejada de la que yo conocía. Cuántas cosas habían cambiado en realidad, qué mundo tan diferente al que yo solía conocer. Aquello realmente era el infierno hecho realidad, las guerras, todas aquellas pobres personas, aquellos niños… Y no pude hacer nada, no pude evitar callarme, ni echar la vista al lado que más me convenía.

Y todo aquello no era lo que merecía aquella realidad, aquella realidad era una que yo había conocido anteriormente pero excesivamente deteriorada, estropeada y tan alejada de lo que solía ser… Y en mi cabeza me preguntaba una y otra vez cómo habíamos permitido llegar hasta tal punto, hasta ver a todos caer, sin marcha atrás, sin que pudiéramos evitar que todo aquello siguiera su cauce.

Y recuerdo esa mirada fría. Fría y a la vez contemplativa como la mía. Aquellos ojos azules que me miraban fijamente sin saber muy bien qué explicación darme. Pero supe que no hacía falta ninguna explicación razonable porque sencillamente no la había. Todos habían caído ante nosotros mientras tantos otros se divertían en lujosas fiestas alejadas de todos aquellos núcleos de desilusiones y de vidas destrozadas.

Un cigarrillo a tiempo y mucho humo que escondiera la vergüenza que en realidad asomaban sus ojos. Pero de antemano ambos sabíamos que ni el humo de mil cigarrillos podría esconder toda aquella vergüenza por todo lo ocurrido. ¿Había alguna solución? Algunos murmuraban sorprendidos y con ojos como platos que lo único que podíamos hacer era seguir hacia delante, seguir con nuestras vidas olvidando aquellas imágenes que en realidad nos habían destrozado a todos. Otros más piadosos murmuraban a la vez y con cierta tonalidad de miedo que deberíamos de intentar algo, cualquier cosa podría ayudar.

Yo, cansada de todo aquello, cansada de buscar una absurda solución que no era capaz de encontrar ni en cientos de días me rendí al ver una de sus lágrimas. Al ver cómo brotaban de sus ojos sabiendo que ya era demasiado tarde que ya no había nada que nosotros, que todos nosotros pudiéramos hacer. No podíamos arreglar aquello que habíamos destrozado con orgullo y maldad, pero podíamos empezar a construir algo mejor... Pero algo mejor ya no podría existir después de contemplar tal horror, después de ver al propio Satanás robarle la vida a cientos de personas inocentes.

Entonces, sin decir nada, se acercó a mí, me tendió su mano y murmuró palabras ininteligibles. Palabras que fueran las que fueran traerían consuelo en cada una de sus letras. Cada uno de sus sonidos. Se arrodilló pidiendo perdón, buscando alguien con el que disculparse sin entender que en realidad no podía disculparse, no existía disculpa que remediara todo aquello. Y en sus rodillas, derrochando lágrimas sin parar entendió que podría no sin mucho esfuerzo remediar ciertos movimientos, ciertos actos que no le orgullecían en absoluto. Y me tendió la mano, me arrancó de aquel sitio haciéndome ver que aún quedaba por hacer… Aún podríamos intentar que la felicidad llegara a aquellos corazones; aún quedaba una tarea, una diferente, una que nos librara de aquellos continuos remordimientos que ambos sabíamos que jamás lograríamos echar de nuestra conciencia.

domingo, 30 de enero de 2011

Over

Lo que sé seguro que no es la solución. Lo que sabemos seguro es que algún día llegará.
Lo que todo el mundo sabe es que nos aterroriza la idea. Pero a pesar de saber todo esto, sé que es tarde; es tiempo de marcharse y empezar de cero. Queriendo o sin querer, pero sin más remedio que haciéndolo para librarnos de la cancioncilla que nos merodea la cabeza y que lo ha hecho durante dos infernales meses.

Estamos cansados del viaje, de la lucha y ambos sabemos que ya no quedan ganas de aguantar. Y qué sencillo y qué difícil... Pero sea como fuere, da igual. Podemos empezar desde cero, ya sea Italia o España, ya sea femenino o masculino, alguien tiene que empezar de cero. Da igual si lo hacemos del derecho o del revés, lo que sabemos es que ya no queda de dónde estirar.

martes, 25 de enero de 2011

Welcome back, I guess

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.


-Federico García Lorca-

Supongo que me he llevado años temiendo este momento... A veces y casi diría demasiadas veía todo como un juego... Veía cómo me hacía más fuerte, viendo que nada de todo aquello me podría llegar a quitar el sueño. Pero, ¿y ahora?

Solo necesitaba confiar en alguien, solo necesitaba que alguien me animara a seguir viendo cómo me decía que sí valía la pena luchar pero, ¿ahora? Han pasado tantos años y jamás he sido capaz de admitir que un par de kilos no serían problema y lo peor es que supongo que sigo sin admitirlo. Me pregunto si de verdad sigo con lo mismo de entonces, si de verdad sigo con esa obsesión, con esa imagen tan jodidamente distorsionada y ni siquiera yo misma soy capaz de responderme. Nadie puede supongo.

Pero ahora veo cómo comienza a llegar todo, cómo se avecina lo que un día estuvo acompañándome noche y día, meses tras meses... ¿Se supera? No lo sé y ojalá que pueda saberlo dentro de poco. Ojalá hubiera ahora alguien a quien gritarle todos mis miedos, a quien decirle que en realidad me horroriza la idea de volver a la obsesión de mi delgadez. Antes creía que había tanta gente a mi alrededor que no me paraba en pensar en todo esto... Hoy me he sentido tan pequeña e insignificante que supongo que me he dado cuenta que cada una de las personas que me rodea tiene su propia vida, cada uno tiene sus problemas y nadie tiene tiempo de andar preocupándose por cómo me pueda sentir. Hoy ha sido uno de esos días que hubiera preferido que nunca llegara... Y parezco ingenua, pero supongo que no me ha tocado serlo.

Claro que sé todo lo que ocurre a mi alrededor, veo cada cosa que se acerca sin que yo pueda ni siquiera impedir que ocurran. Veo el final y veo un horrible principio, o una vuelta por así decirlo...

Tantas noches lloré por todo aquello que casi he olvidado el dolor que todo ello me producía. Tanto es así, que el nítido recuerdo de dolor que me queda se me hace insoportable sabiendo que podría llegar a volver... Y no quiero pedir ayuda a nadie, no en estas condiciones; siempre he creído que si yo misma me metía en problemas, yo misma iba a tener que salir de ellos.

Siempre he dicho que si yo misma era capaz de distorsionar mi propia imagen, yo misma sería capaz de arreglarla... Pero, ¿ya está arreglada? ¿Es así como soy? Si fuera así no le veo sentido. Eso no es la delgadez, delgadez es otra cosa. Delgadez en mi mundo de locos es belleza y no veo aquello por ningún lado.

Vivo comparándome con el resto, viendo qué no tengo yo que puedan tener los demás y encuentro tantas cosas que intento no centrarme en todas y cada una de ellas antes de producirme un horrible dolor de cabeza.

No creo que nadie me pueda dar una mano y hacer que todo se arregle, solo sé que es tiempo lo que necesito, son días y semanas y meses para ver qué es de mí, si sigo encogiendo o por el contrario comienzo a ¿mejorar? ¿Ser gorda es estar mejor? Ojalá a veces pudiera decir que sí, pero a día de hoy...

Wear Sunscreen

Señores y señoras usen protector solar.

Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.

Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud.

No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado.

Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad.

No estás tan gordo como imaginas.

No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.

Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta.

No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos.

Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde.

La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo.

Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo).

Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida.

Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas, sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.

Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los 40, quizá no.

Quizá bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas.

No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás.

Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.

Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén.

Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro.

Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño.

Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás.

Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas.

Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás.

Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores.

Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia.

Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar.

sábado, 22 de enero de 2011

Así, tan difícil

Esa es la diferencia supongo, lo que marca todo, lo que hace que sea distinto. Y ojalá no fueran así las cosas, podrían ser diferentes pero no se parecería nada a cómo son ahora... Se complican y se arrugan como hojas de papel arrojadas en la papelera. Hoy es un sábado raro, con toda esta música por escuchar y sabiendo...¿qué? ¿Qué sé en realidad?

Aprendo cada vez más que lo que nos dicen las personas que nos rodean es cierto aunque no queramos asumirlo. Todo lo que puedan decirte sobre lo que tengas que hacer viniendo de alguien a quien le importas será cierto... Y por eso y por más razones, me he vuelto a confundir. Me he vuelto a equivocar.

Yo no quiero hacerlo de nuevo. No quiero más errores cerca mía, ningún error más que me pueda alcanzar y cambiar mi mundo por completo. ¿Qué fue todo sino? ¿Fue un error como tal?

Fue algo distinto a lo esperado, algo que hizo bien como todo en esta vida, que me regaló momentos y que se consumió sin vuelta atrás. Pero... ¿Error? No lo creo. Error es lo que hago tantas y tantas veces, error es caer y tropezar siempre con lo mismo sabiendo que en realidad te vas a volver a caer porque no te importa lo fuerte que sea el golpe que luego te lleves... Es complicado pero sé que algún día será distinto. Será sencillo. Con esta historia o con otra muy diferente. Llena de amor o ausente de afecto... Pero volverá a enloquecerme... Solo tengo que encontrar algo que me devuelva la ilusión, necesito una idea o una obsesión sana... Cualquier cosa es buena en tiempos de crisis.

domingo, 16 de enero de 2011

Atado al pasado, ¿verdad, príncipe?

¿Sabes, príncipe? En realidad puedo sentir tu dolor. Puedo ver en tus ojos tu pasado, el pasado que tanto te marcó. Puedo ver como quieres progresar, veo como quieres una nueva vida pero a la vez también puedo ver que no quieres deshacerte de todos esos recuerdos que guardas en lo más profundo de tu corazón.

Veo como fueron tiempos buenos, veo cómo eras feliz, como te sentías en aquel momento... Cómo todo tu mundo giraba en torno a la misma persona. Y, ¿sabes, príncipe? Puede que yo sienta lo mismo. Veo todos mis buenos recuerdos con aquel hombre al que un día amé y por mucho dolor que pueda sentir, no quiero echarlos a perder. No quiero arrancarlos de mi corazón para ver que alguien diferente pueda reemplazarlos. Y ahora que caigo en la cuenta, los dos estamos equivocados. Esperamos que los buenos tiempos vuelvan a nosotros por arte de magia, esperamos grandes logros sin antes cuestionarnos que quizás somos nosotros los que deberíamos de empezar a tirar el pasado a la basura.

Tú, cada vez que ves una nueva princesa, encuentras al segundo todos sus miles de defectos. Luego comienzan las comparaciones... Luego imaginas conversaciones, pero sabes que por mucho que busques nunca encontrarás algo como todo aquello que un día tuviste y que alguien dejó que se esfumara. Yo también he sentido eso. Yo también camino observando a la gente y me digo a mí misma que ninguno podrá parecerse ni un poquito solo. Esperamos mucho del pasado, esperamos que esta vez pueda ser diferente... Buscamos echarle la culpa a alguien, a una sombra alargada como una vez escuché por ahí... Pero, ¿de quién es la culpa, príncipe? Si en realidad sientes que no se te escapó nada, que hiciste todo lo que estuvo en tu mano para impedirle el paso al dolor, a la tragedia. Sientes que te podrías haber esforzado un poco más, pero que a la vez lo diste todo por aquella mujer... Nos han hecho daño, príncipe. Nos han herido como un niño pequeño que juega y se cae y por regla general se hace una herida en sus rodillas. Y aunque sientes cómo el dolor se desvanece poco a poco, no te importa. Importan los días felices que pasaste, que ahora no pueden volver...

Yo me pregunto si algún día volveré a encontrar a alguien que sea capaz de hacerme sentir lo mismo que aquel hombre. Me pregunto cada mañana si al día siguiente él no será lo primero que me venga a la cabeza. Y tengo esperanzas, ¿sabes? Tengo grandes esperanzas en mi futuro, no muy lejano. Deseo con fuerzas encontrar un amor que me haga feliz, que no me haga daño y que si lo hace, sea capaz de reemplazarlo con más felicidad.

Yo no quiero una vida así, príncipe. Ninguno de nosotros la queremos. Es un por qué. Un por qué no pudo salir bien... Pero observa, observa a tu alrededor la gente que podría convertirse en algo nuevo para ti, en alguien que puedas cambiar, en algo que quieres tener pero que no encuentras el modo. Y yo... Yo seguiré amando al hombre que tanto dolor me causó, al hombre que me regaló miles de momentos de felicidad y sé que algún día mis recuerdos se perderán en el olvido, sé que algún día mi vida cambiará y no será él, sino que conoceré a alguien que me corresponda... Yo sé que tú también puedes lograrlo. Alejémonos de nuestro pasado, príncipe. Vayamos a pasear a lugares nuevos... Esto es todo lo que nos queda príncipe, la paciencia y esperar el progreso...

sábado, 15 de enero de 2011

Bherta

En alguna parte del viaje te perdiste, decidiste que era mejor todo aquel mundo, aquel mundo que en realidad ya sabías que nada te aportaría. Sabías que no era lo sensato, pero sí lo que te decía esa voz interior... Voz que a fin de cuentas andaba equivocada.

Preferiste perderte. Empezar a caminar en otra dirección, sin saber si aquella podría ser la correcta o sencillamente esa misma que ya habías tomado antes, esa que te condució a un lugar en el que siendo sincera, nadie quiere estar. Pero así somos, ¿no? Somos tozudos y no hacemos caso de los consejos. No hacemos caso de las advertencias. Nos equivocamos y nos da igual.

Y así es, ¿no? Te equivocaste y ahora te lamentas. Te lamentas porque sabes que no puedes cambiar esa noche, sabes que no puedes cambiar tus palabras, tu decisión. Preferiste unas sábanas frías, unas que creías que te lo devolverían todo y cuando llegaste viste que ya no quedaba nada. Ni rastro de lo que tú esperabas. Pero dime, ¿qué esperabas?

¿Esperabas una princesa de cuentos de hadas? Una que te esperase cada día y que te hiciera el amor salvajemente por las noches. Una que te escuchara y te gritara cuando se enfadase. Tú también buscabas a tu chica perfecta, como todos los demás. Como todos los que estábamos allí. ¿Equivocado? La princesa resultó ser una simple doncella, resultó ser una camarera con escote desabrochado que solo te vendió su amor a cambio de un par de monedas inservibles en cuestiones de amor. ¿Y tú? Fue un error. Una princesa menos.

Pero tú, como príncipe ya sabías todas las consecuencias que esto traería. Pero ahora no puedes lamentarte, príncipe, ahora debes recoger tus cosas y marcharte como todos los demás. Y me preguntas si encontrarás a una princesa, una te corresponda de verdad. Y yo, como simple sirvienta te digo que jamás conoceré a un príncipe como tú; no te dejarás amar fácilmente, no dejarás que nadie más sea tu Bherta, no dejarás que nadie te vuelva a comprar con amor. Pero, ¿sabes, príncipe? Tenías razón. Estuve tantos meses sirviéndote y observándote que una sirvienta como yo acabó enamorada de un príncipe como tú. Pero yo no soy tu Bherta, no puedes ver en mí una princesa como ella lo era. ¿Pero ella también lo era? No era más que alguien que ganó la batalla, que te robó el corazón y lo regaló en una noche de pasión. Y tú príncipe, me vuelves a pedir consejo, vuelves a decirme qué debes hacer. Y yo, como simple sirvienta y consejera fiel a ti príncipe te digo que lo dejes estar. Deja que llegue una princesa de verdad, una Bherta que te ame, y aunque no puedas ver que una sirvienta como yo podría llegar a ser tu princesa, debes tener fe en ti mismo, debes tener paciencia con las diferentes princesas que encuentres y entender que aunque tengas una princesa perfecta, nunca lo llegarás a ver. Estás destinado a tu Bherta, no puedes cambiarlo. Así, por el resto de tus días. ¿Puede cambiar me preguntas? Eso depende de ti. Quítate tu capa de príncipe. Vístete como un simple hombrecillo. Surmérgete entre los demás y quizás así encuentres a una princesa que te ame. Que sepa amarte y que tú puedas amar. Que te pueda robar el corazón y que no quiera regalarlo... Y antes de que te lo robe, debes entregárselo. Debes entregarlo sin miedo. Hay Bhertas como hay sirvientas, como hay princesas sin mucho que ofrecer pero qué sería todo esto sin Bhertas que nos hicieran cuestionarnos todo desde el principio...

Soledad

Aquí estás tú otra vez, en un día como este, en una fecha tan señalada... ¿Creías que no me volverías a ver? ¿Creías de verdad que jamás volvería a buscarte? Seamos realistas, aún nos queda mucho tiempo juntos, muchas más veces en las que te vuelva a buscar, en la que te vuelva a dejar en los brazos de alguien nuevo. Y aquí estoy yo otra vez.

¿No te alegras? Eso es lo de menos. Acabarás acostumbrándote a mi presencia. Me volverás a desear dentro de un tiempo. ¿Cuánto preguntas? Eso no importa. Pero lo más importante no es un hoy o un por qué no mañana... La cuestión más importante no es un por qué sí o por qué no. La cuestión es que aquí me tienes otra vez, dispuesto a llevarte conmigo, a acompañarte mientras escribes, dispuesto a devolverte eso que tantas veces te robo. ¿Sigo sin convencerte? No te preocupes por eso. Hoy es un día como podría haber sido otro cualquiera.

Pero no pierdas tu tiempo preguntando cosas absurdas... No pierdas tu tiempo preguntando si este día en realidad debió llegar hace mucho tiempo... No importa el cuándo. No importa el por qué. Importa que ahora eres mía otra vez, importa que lo mismo un día acabas comprendiendo que el mundo puede regirse por otras cosas. ¿Y si acabas acostumbrándote a mi presencia? ¿Y si de verdad lo que tú necesitas es algo como yo? Algo que te deje en libertad, pero todo a su debido tiempo. Algo por lo que no necesites lamentarte. ¿No lo entiendes? No hace falta que lo entiendas en este preciso instante. ¿Sabes? No me echabas de menos y lo veo comprensible. Pero ahora me tienes aquí, sentado a tu lado, mirando cómo te mueves, cómo me hablas, cómo miras hacia ningún lado y asientes porque no te queda otra opción.

Pero yo estoy aquí. Y te volveré a dejar. Te volveré a recoger. No importa, no te precipites y no me busques una excusa que no sea creíble... Sabías que yo volvería a estar aquí, pero no querías aceptarlo. Sabías que me volverías a odiar, y que pasado un tiempo me darías la razón. ¿Qué razón preguntas? Que no lo es todo. Que hay más cosas en el mundo. Y más musas, más inspiración que encontrarás de mi mano.

¿Todavía tampoco? Tiempo... Nos quedan meses juntos, quizás años. ¿Siempre? Eso no puedo saberlo. Eso depende de ti. O de alguien más. De otros brazos que te convenzan... Hasta entonces, yo estoy aquí. En tu iPod, en tus ratos de reflexión, en esa copa que te echas. Estoy por todas partes, y aunque aún no me puedas entender no pierdo la esperanza de que el mes que viene me entenderás. Y me llorarás. Y te volveré a consolar. Y volverás a reír. Y así, hasta que te vuelva a dejar con otro perfume, con otra sonrisa, con otros ojos y otra personalidad. Y hasta entonces, estamos aquí tú y yo, y el mundo puede esperar por nosotros. Puede esperar todo el tiempo que a ti te haga falta para darte cuenta de lo mucho que me necesitas, de lo mucho que necesitas entender que puedes vivir conmigo cada día. Y hasta que entiendas que yo como alma solitaria que te acompaña en tus ratos silenciosos soy todo lo que le queda a muchas personas, soy por lo que muchos dejan este mundo, soy por aquello que tú no me quieres... Necesitas entender que hay un más allá, que no es un aquí, que no es un hoy ni un mañana... Es una vida entera. ¿Una vida de Soledad? No lo sé, ni lo sabré nunca. El último día te podré contestar y te diré cada motivo por el que vine a parar a tu lado.

Venga, vayamos a dar un paseo. Vayamos a ver lo feliz que te puedo llegar a hacer. Necesitas tiempo... Y durante ese tiempo serás mía. No soy precisamente la compañía a la que estás acostumbrada, pero por eso y mucho más me necesitas.

¿Necesitas más razones para entender el significado de mi existencia? Soy yo, déjame entrar.

domingo, 9 de enero de 2011

Heartless - Kanye West


In the night I hear 'em talk,
The coldest story ever told,
Somewhere far along this road
He lost his soul
To a woman so heartless...
How could you be so heartless... oh
How could you be so heartless?

How could you be so,
Cold as the winter wind when it breeze yo
Just remember that you talking to me yo
You need to watch the way you talking to me you know
I mean after all the things that we been through
I mean after all the things we got into
And yo I know of some things that you ain't told me
And yo I did some things but that's the old me
And now you wanna get me back
And you gon' show me
So you walk around like you don't know me
You got a new friend
Well I got homies
But in the end it's still so lonely

In the night I hear 'em talk,
The coldest story ever told,
Somewhere far along this road
He lost his soul
To a woman so heartless...
How could you be so heartless... oh
How could you be so heartless?

How could you be so Dr. Evil
You're bringing out a side of me that I don't know
I decided we weren't gonna speak so why we up 3 a.m. on the phone
Why does she be so mad at me for, homie I don't know she's hot and cold
I won't stop, won't mess my groove up cause I already know how this thing goes,
You run and tell your friends that you're leavin' me
They say that they don't see what you see in me
You wait a couple months then you gon' see,
You'll never find nobody better than me

In the night I hear 'em talk,
The coldest story ever told,
Somewhere far along this road
He lost his soul
To a woman so heartless...
How could you be so heartless... oh
How could you be so heartless?

Talkin', talkin', talkin', talk,
Baby lets just knock it off
They don't know what we been through
They don't know 'bout me and you
So I got something new to see
And you just gon' keep hatin' me
And we just gon' be enemies
I know you can't believe
I could just leave it wrong
and you can't make it right
Im gon' take off tonight
Into the night...

In the night I hear 'em talk,
The coldest story ever told,
Somewhere far along this road
He lost his soul
To a woman so heartless...
How could you be so heartless... oh
How could you be so heartless?

What's My Name?


Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?
What's my name?, what's my name?

I heard you good with them soft lips
Yeah you know word of mouth
The square root of 69 is 8 something
Cuz I've been tryna work it out, oooow
Good weed, white wine
I come alive in the night time
Adictivoz.com okay, away we go
Only thing we have on is the radio
Ohh, let it play, say you gotta leave
But I know you wanna stay
You just waiting on the track to finish girl
The things we could do in twenty minutes girl
Say my name, say my name
Wear it out, its getting hot, crack a window, air it out
I can get you through a mighty long day
Soon as I go the text you gon right is gon say...

Not everybody knows how to work my body
Knows how to make me want it
Boy you stay up on it
You got that something that keeps me so off balance
Baby you're a challenge, lets explore your talent.

Hey boy I really wanna see if you can
Go downtown with a girl like me
Hey boy, I really wanna be with you
Cause you just my type.
Ooh na na na na
I need a boy to really take it over
Looking for a girl to put you over
Ohh, ohh

Ooh na na, what's my name
Ooh na na, what's my name
Ooh na na, what's my name
What's my name, what's my name

Baby you got me, aint nowhere that I'd be
Then with your arms around me
Back and forth you rock me
So I surrender, to every word you whisper
Every door you enter, I will let you in

Hey boy I really wanna see if you can
Go downtown with a girl like me
Hey boy, I really wanna be with you
Cause you're just my type.
Ooh na na na na
I need a boy to really take it over
Looking for a girl to put you over
Ohh, ohh

You're so amazing, you took the time to figure me out
Thats why you take me, way past the point of turning me on
You're about to break me, I swear you got me losing my mind

Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?

Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?
Ooh na na, what's my name?
whats my name, whats my name?

Hey boy I really wanna see if you can
Go downtown with a girl like me
Hey boy, I really wanna be with you
Cause you just my type.
Ooh na na na na
I need a boy to really take it over
Looking for a girl to put you over
Ohh, ohh

sábado, 8 de enero de 2011

Reflexiones de John Lennon


Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.

Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual. No nos contaron que sólo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable.

Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio, y que los lindos y flacos son los más amados.

No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas y que podemos intentar otras alternativas. ¡Ah!, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto...... cada uno lo va a tener que descubrir solo. Y ahí, cuando estés muy enamorado de ti, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.

Beautiful World - Carolina Liar


Here it comes in the morning
I’m just trying to forget
Keep it real, keep it simple
And somehow just get out of bed
And this city is endless
I’m as cold as it’s stone
Yeah this city is endless
And I’m, I’m walking alone

Sunlight creeps in between the curtains
Lose the sheets there’s no time for sleep
I lie, I pretend ‘til I’m almost certain
It’s a beautiful world

I wanna ask for direction
But I don’t dare to disturb
I got a thing with affections
Yeah, that’s why I’m walking alone

Sunlight creeps in between the curtains
Lose the sheets there’s no time for sleep
I lie, I pretend ‘til I’m almost certain
It’s a beautiful world

Here it comes in the morning…

Sunlight creeps in between the curtains
Lose the sheets there’s no time for sleep
I lie, I pretend ‘til I’m almost certain
It’s a beautiful world
(Yeah, it’s a beautiful world)
la la la la
I pretend ‘til I’m almost certain
It’s a beautiful world

jueves, 6 de enero de 2011

En este preciso instante...

¿Creéis de verdad que puede haber amor en el mundo?
Supongo que todo lo que yo puedo dar es amor... Pero, ¿hay algo más? Qué contradictorio me suena todo esto... Y yo ahora mismo no encuentro nada más que no sea confusión.

No soy capaz de ser amable con tantas personas que quizás se lo merezcan por mi parte... Y me harto de mentir, de engañar, de burlarme de todos... Y por qué no, me encanta ser de esta manera. Me gusta ser alguien como soy, me gusta el hecho de no ser como todos los demás.

Yo no quiero ser alguien que no tiene amigas, claro que yo no quiero eso... Pero tampoco quiero tener miles de amigas, no quiero ir por ahí y que lo que venga a la mente sobre mí sea mi amabilidad hacia los demás...

Me sigue gustando la idea de que todos los que no me conocen me ven borde porque así es como me muestro hasta que conozco a los demás... Y cuando ese sentimiento hacia mí cambia no sé cómo me siento. Me siento bien, me siento bien por ser reconocida como simpática... Y sí, qué contradictorio me parece todo esto....

Pero supongo que por muchas razones me gusta ser quien soy. Me gusta tener cuatro o cinco amigas en el mundo. Me gusta ser como soy con ellas... Me gusta a veces sentirme superior a ellas... Y claro que eso no está bien, y lo siento. Siento todo esto pero no quiero cambiarlo, no quiero dejar de ser quien soy ni ahora ni nunca.

Y si soy así con todos, ¿por qué ha de haber excepciones repartidas en el mundo?

No sé qué siento... Sé que debería estar enfadada con el mundo... ¿Quizás un poco triste? Pero ahora no puedo sentir otra cosa que no sea amor... Y joder, qué complicada soy. Sería mucho más fácil odiarlo, olvidarme de cada rato junto a él...
Pero volvemos al comienzo, o quizás al progreso.

¿Podrá todo esto ser progreso? Siento que no debo de odiarle y es más, no cabe en mí una pizca de odio hacia él pero a la vez siento que en estos momentos, en este preciso instante no me importa.

No sé qué es lo que no me importa... Y sé que es todo lo que me rodea a mi alrededor. No me siento como si todo fuera una mierda y quisiera desaparecer... Siento que todo es amor, todo lo que nos rodea puede convertirse en maravilloso y a mí no hay nada que me impida bajar a algún sitio y encontrar mi felicidad. No es felicidad perdida... Creo que todavía no he encontrado mi equilibrio.

Él dijo que algún día encontraría a la persona adecuada y entonces, sabría que aquella persona era la adecuada. Ahora siento que ese momento está a años luz y, ¿sabéis lo mejor? Que quiero estar todo este tiempo sola.

No quiero que nadie me cuide. Quiero aprender a cuidarme sola. Quiero aprender a depender de mí misma y no depender de alguien que podría esfumarse en cualquier instante.

Pero vuelvo a lo mismo... Esto no es odio. Es amor. Es amor hacia mí. Amor hacía él quizás. Le quiero y no me arrepiento de ningún momento... Pero no, me estoy yendo por las ramas.

Lo que de verdad quiero decir es que cuando me levante y me enfrente al mundo me dará igual estar sola... Quiero aprender a estar sola. Quiero no necesitar a alguien en mi vida.

Quizás lo que intento decir es que no quiero estar ahora con nadie que no sea él. Sé que ahora mismo, teniendo en cuenta cada detalle de mi vida, no habría nadie que me pudiera hacer más feliz que él... Y si no es él, no quiero a nadie más. Pero si no es él, tampoco me importa. Me da igual estar sola en este preciso instante. No queda rencor, no queda odio y no queda nada de lo que poder tirar. Siento una apatía enorme que todavía no sé si me gusta o me preocupa...

Y así me quiero quedar. Apática. Sé que no entendéis nada de lo que hablo... Pero centrémonos... Solo siento amor y solo quiero serenidad. ¿Y si es eso?

¿Y si la felicidad podemos encontrarla en la serenidad? Alguien dijo eso alguna vez y puede que estuviera en lo cierto.

Yo, personalmente, pienso que la felicidad es algo muy subjetivo. ¿Yo? Puede que ahora sea feliz o puede que no. Puede que él me haga feliz y puede que encuentre la felicidad conmigo misma... No lo sé. Yo ahora no sé nada. Solo sé que siento amor hacia el mundo... Pero eso no quita que haya aborrecido a todo el mundo, no quita que me importen muy pocas personas y que desprecie a los demás...

Sí, claro que siento odio. No hacia él, siento odio hacía ella. La odio. Y aunque no esté bien decirlo, le deseo la muerte. Siempre he escuchado por ahí que si le deseamos la muerte a alguien seremos nosotros los que la recibemos... ¿Ahora? Creo que ahora me da igual todo. Me da igual si mañana me muero. También me da igual si me quedo aquí. Pero no... No lo veáis como algo malo, no es que sea una emo y me quiera morir... Pero ahora, en este preciso instante, no encuentro razón por la que algo me deba importar... Por eso, y por mucho más soy tan complicada.

Quiero vivir. ¿Y si muero? Pero y si resulta que odio todos esos "¿Y si?"

Sé quién soy, sé que he cambiado muchísimo... Todos dicen que a mejor y me alegro de que así lo vean. Y ahora, hoy por hoy, me encanta ser la persona que soy. Me encanta quererte. Y me encanta estar sola en estos momentos. Me gusta que nadie me entienda. Que me compre alguien que me entienda si la hay. ¿Y si no lo hay? Pues entonces tampoco importa.

No siento otra cosa que no sea amor. Contradictorio, ¿no creéis?

lunes, 3 de enero de 2011

RioBravo

Siempre me paro a hacerme la misma pregunta, ¿qué soy? ¿Quién se supone que soy para los demás? O lo que significa más, ¿qué coño significo para los demás?
Hoy sencillamente no es un día en el que especialmente me apetezca escribir, hoy sencillamente no quiero decir nada especial, solo quiero haceros ver lo mierda que me siento en mi mundo, lo mierda que me siento cuando cada vez más siento que no le importo a nadie, que soy una simple persona más, que nadie da ni un puto duro por mí, que no valgo nada en especial... Y así me siento, ahora y antes, ahora y hace dos horas, y tres y cuatro... Y muchos días de estas putas Navidades... y no sé cómo cambiarlo...